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Todo, fue una experencia increible. Todo el personal muy amable, sobre todo el mesero y Isaac quien fue nuestro guia En realidad fue una experencia maravillosa que supero nuestras expectativas

Muy lindo el hotel y alrededor también, fuera de la habitación se veían monos y cebras. El personal muy amable. La comida espectacular, todo muy rico.

La zona dónde se encuentra, muy tranquila y muy próxima a la entrada del parque nacional

Se trata de un camping a las puertas de la reserva de Masai Mara, por lo que la ubicación es excelente. El camping es bastante básico, sin demasiados lujos, pero tiene todo lo necesario. Fuimos 3 amigos de 28 años y nos alojamos en una pequeña tienda que tenía una cama individual para cada uno, con su respectiva mosquitera, y una pequeña mesita para poder dejar cuatro cosas. Además de eso, un baño con lavabo, retrete y ducha con agua caliente. Eso es todo. Las tiendas son muy pequeñas y básicas, y no hay espacio para absolutamente nada. Pero siendo sincero, tampoco necesitas nada más. Te vas a pegar desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde de safari por medio de la sabana y vas a llegar reventado al camping, por lo que te ducharás, cenarás y te irás directo a la cama. En cuanto a la comida, la oferta no era muy amplia, pero era sabrosa y sana. Respecto al personal, la gente es muy agradable y servicial. En especial he de agradecer a Jackson (dueño del camping), quién estuvo pendiente de nosotros desde el primer momento hasta el último, y con quién contratamos un safari de 3 días a buen precio el mismo día que llegamos al camping. En el caso de que alguien más tome esta vía, recomiendo intentar que Jackson os asigne a Ole como guía en el safari. Ole es un Masai joven de 28 años, que se conoce la reserva como la palma de su mano. Un auténtico crack a la hora de encontrar los animales más escurridizos. En definitiva, se trata de un camping básico y sencillo, pero que cubre todas tus necesidades. Dada la relación calidad/precio, diría que es perfecto para gente joven. Quizás se quede algo escaso en cuanto a algunas comodidades para familias o personas no tan jóvenes.

La ubicación es muy buena dentro del parque. Tienen un pequeño lago con hipopótamos y también vimos una jirafa delante de nuestra habitación. El personal fue muy amable y en las cenas hay un grupo de masáis que pasa por el restaurante cantando.